Cuando Taylor Swift se enamora, no hay quién la pare. Si la cantante está con un chico, va a por todas y no duda en comprarse una casa para estar más cerca del novio de turno.
Es lo que le sucedió cuando salía con John Mayer, actual novio de Katy Perry, que se compró una propiedad en Berbely Hills cerca de la casa del compositor. Después le llegó el turno a Jake Gyllenhaal, y adquirió una propiedad en Nashville, Tennesse. También le sucedió con su ex, Conor Kennedy, y se hizo con una lujosa mansión enCape Cod, Massachusetts, a minutos de distancia de la finca familiar del chico.
Ahora parece que la rubia ‘ataca’ de nuevo y ha decidido comprarse una casa al otro lado del charco, en Londres, para no estar lejos de Harry Styles, su último novio. De hecho, según amigos de Taylor, ella está muy ilusionada con la idea porque así podrán retomar su relación con fuerza. Mientras tanto, los colegas del cantante de One Directionaseguran que le gusta estar solo.
Sea como sea, Swift ha decidido lanzarse otra vez a la piscina de cabeza. Si sigue a este ritmo, acabará con casas a lo largo y ancho de este mundo, claro, que dado su éxito profesional, suponemos que no tendrá ningún problema económico…
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